Editorial         Por Daniel Sachi            http://www.riskout-intl.com/

Metodología de proyectos: Por qué no es conveniente usar una sola?

Si algo es saludable en esta vida, es ser práctico.
Y si lo pensamos para dentro de las empresas, veremos que también es lo mejor.

¿Qué tiene que ver con las metodologías de proyecto?
Bien, la respuesta no es del todo simple, pero vamos a tratar de aclarar un poco.

Usualmente, las empresas seleccionan una metodología de gestión de proyectos, que les provee una serie de pasos regulados, documentos específicos, reglas, estándares de control, y otra infinidad de elementos con los cuales se espera trabajar de manera ordenada… y práctica!!

Esto normalmente sucede, pero, dependiendo de la metodología seleccionada, muchas veces comienza a haber ruido con algunos proyectos en particular.
En las revisiones en general entonces, se comienza a investigar el cumplimiento de las normas, el desenvolvimiento de las personas y otros elementos medibles, con los cuales se juzga el proyecto.

Imaginen que, a esta altura, mucho dinero y esfuerzo se invirtió desde que se seleccionó la metodología, y se crearon los roles que la misma requería, que a su vez se tradujeron en personas capacitadas en ella.

La pregunta es… ¿Cuántas veces revisamos si realmente la metodología es la correcta para ese proyecto particular?
Debo decir que he encontrado que esto ocurre pocas veces (en realidad nunca lo he visto, aunque tengo mención de ello y he estudiado algunos casos).

¿Pueden coexistir dos metodologías de gestión de proyectos (o más!) en una misma organización? Por supuesto!!

Así como los proyectos pueden dividirse por complejidad, seguridad en los requerimientos, variabilidad de las condiciones de entorno y otros factores, también pueden seleccionarse para llevarlos a cabo, las metodologías que cubran mejor estas divisiones.

Para dar un ejemplo, las metodologías más estructuradas como PMI o Prince2, son ideales para proyectos con requerimientos muy certeros, poca variabilidad y métricas conocidas (la construcción de un edificio, el armado de una sucursal, un puente, etc.).
Las metodologías ágiles como SCRUM, ROI Agile, y otras del tipo, son mejores en proyectos con requerimientos lábiles, condiciones de entorno cambiantes, e incluso objetivos móviles.

Más aún, las combinaciones de metodologías son válidas!, como por ejemplo, tener un proyecto marco bajo una metodología tradicional, e ir cerrando iteraciones (fases en las que se construye algo) con formato ágil o usar  una metodología como SCRUM o ROI Agile en un proyecto y dentro de las iteraciones asignar algunas tareas usando Kanban (*).

Atarse a una metodología única es engorroso y lleva a incumplimientos de la misma cuando las condiciones no están dadas, y eso, definitivamente es poco práctico… tan poco práctico como no tener metodología!

Por ello, incluir un menú de metodologías para el manejo de proyectos con condiciones claves para seleccionarlas dependiendo del mismo, es lo que nos garantiza un mejor cumplimiento de los planes y de los objetivos fijados en las empresas.


Mis más cordiales saludos,
CEO
(*) El Kanban es un sistema de información que controla de modo armónico la fabricación de los productos necesarios en la cantidad y tiempo necesarios en cada uno de los procesos que tienen lugar tanto en el interior de la fábrica como entre distintas empresas.